martes, 18 de noviembre de 2008

El otro

Una pausa en el camino

Si en España no tuviéramos a Jaime Rosales y no hubiésemos visto su interesante debut en las pantallas, Las horas del día, -la mayoría del público lo ha empezado a conocer con la premiada La soledad- nos dejaríamos sorprender por la estética sobria y esquemática, que ha debido de beber en las fuentes de Kaurismaki y Godard, de este argentino peculiar que nos presenta en El Otro una historia de posibilidad, de escapada y sueño, a los que recurre un hombre, mediada la cuarentena y que ha de cuidar de su padre enfermo, al enterarse de su próxima paternidad.

Esta coproducción argentina, alemana y francesa ha resultado premiada en bastantes festivales, pero el primer impulso se lo dio el jurado del Festival de Berlín del año pasado, presidido por Paul Schrader, al otorgarle el Premio Especial del Jurado y el Oso de Plata a la brillante actuación de Julio Chávez, un actor con cara de bueno que ha sabido soportar sobre sus muecas y gestos el peso interpretativo de esta original película, narrada con muchos primeros planos, sin música y a un ritmo inusualmente lento en las pantallas cinematográficas actuales, con las excepciones del citado Rosales o de la compatriota del director Lucrecia Martel.

Cosas de la distribución, llega ahora a España.

FICHA TÉCNICA: Dirección y Guión: Ariel Rotter. Producción: Ariel Rotter, Verónica Cura y Christian Baute. Director de fotografía: Marcelo Lavintman. Dirección de Arte: Ailí Chen. Sonido: Martín Litmanovich. Montaje: Eliane Katz. FICHA ARTÍSTICA: Julio Chávez (Juan Desouza), Osvaldo Bonet (Padre), María Oneto (Recepcionista del hotel), Inés Molina (Esposa), María Ucedo (Mujer de Entre Ríos), Arturo Goetz (administrativo de Entre Ríos)

domingo, 9 de noviembre de 2008

Cenizas del cielo

David contra goliat

Siguiendo la mirada de un periodista escocés que hace guías de viaje, al que se le estropea su autocaravana en medio de las montañas asturianas y ha de esperar a que le traigan una pieza de Sabadell, los guionistas de Cenizas del cielo -se nota que entre ellos está el gran Ignacio del Moral- nos adentran en la vida del ubérrimo valle del Negrón, en realidad, el municipio de Ribera de Arriba, paradigma de tantos otros lugares, incluido alguno de Teruel, que se han convertido en páramos tras la instalación de centrales térmicas en las proximidades.

Allí los lugareños hace muchas generaciones que conviven con las vacas, los pastos, la sidra y la lluvia, pero desde hace unas décadas también con la central térmica, una mole inmensa de hormigón que cada cierto tiempo ruge como un ogro y vomita toneladas de dióxido de carbono que luego caen como un velo venenoso -lluvia ácida se llama- sobre los almendros, los castaños, los cerezos y las gentes; sobre la fertilidad del valle y de sus habitantes.

Federico es uno de ellos. El último idealista. Un quijote de manos recias y corazón grande que lleva luchado toda su vida contra gigantes, contra los “molinos de humo” que han sembrado de muerte las horas del valle y contra la lentitud de una administración que sólo entiende de vatios y puestos de trabajo, aunque sean precarios: pan para hoy y hambre para mañana.

La visita casual del periodista, testigo inoportuno de esta lucha desigual, es una luz en la niebla de los años de batallas perdidas contra la empresa y el poder político, y la amistad que surge entre Pol y Federico será el ariete de la última embestida contra la sinrazón, del que Kioto y la Unión Europea serán la avanzadilla.

Mientras tanto los otros habitantes del valle continúan con sus vidas, sus anhelos, sus amores, sus sueños, su porvenir, todos mediatizados por la central, verdadero protagonista de esta historia reivindicativa, en la que el director introduce en un diálogo un guiño a una anterior película suya de igual talante, Pídele cuentas al rey.

El acierto de Cenizas del cielo ha sido elegir un tono de comedia coral. Gracias al humor, con situaciones divertidas y diálogos mordaces, nos vamos acercando a los problemas de estas gentes hasta hacerlos nuestros. El director ha huido expresamente de dogmatismos e informaciones técnicas y ha preferido dejar que sean las personas quienes nos cuenten, al enseñarnos sus vidas, las consecuencias de la contaminación.

Probablemente esta película no habría sido igual sin las brillantes interpretaciones de ese secundario de lujo que es Celso Bugallo y del elenco de actores que le acompaña. Entre los peros, quizá la resolución un poco precipitada del guión y el excesivo recurso a la música -estupenda, por otro lado- para resaltar las emociones.

Un dato para terminar: las 22 centrales térmicas de carbón de nuestro país proveen un 23% de la electricidad y son las responsables del 64% de las emisiones de CO2 del sector, según un informe de Green Peace que se puede consultar en esta dirección de internet (http://www.greenpeace.org/raw/content/espana/reports/el-carb-n-en-espa-a-un-futuro.pdf).

FICHA TÉCNICA Dirección: José Antonio Quirós. Guión: Dionisio Pérez y José Antonio Quirós, con la colaboración de Ignacio del Moral. Producción: Loris Omedes. FICHA ARTÍSTICA: Celso Bugallo (Federico), Gary Piquer (Pol Ferguson), Clara Segura (Cristina), Fran Sariego (Mario), Beatriz Rico (Tati), Txema Blasco (Manolo), Raquel Evia (Marisol), Eduardo Antuña (Raúl), Nicolás Fdez. Luna (Alfredo), Carlos Kaniowsky (Lalín) et alii.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Transsiberian

Pasaje al infierno

A veces sucede que uno va a ver una película sobre la que no tiene demasiadas expectativas y se lleva una agradable sorpresa. Quizá influido por el rechazo inconsciente de un título sin traducir, como tantos otros subproductos estadounidenses, Transsiberian no parecía nada del otro mundo. La presencia de Noriega tampoco ayudaba demasiado.

Sin embargo, esta película es un estupendo thiller, lleno de ritmo narrativo, con un tono ágil y bien definido, brillantemente interpretado y estupendamente dirigido por Brad Anderson, al que recordamos por la inquietante El maquinista, protagonizada por el no menos inquietante Christian Bale, el hombre murciélago.

Una joven pareja estadounidense, en la que él es un ferviente religioso y ella esconde un tormentoso pasado, hacen un viaje en el transiberiano desde Pekín, donde han trabajado de voluntarios, hasta Moscú. En él conocen a una pareja de mochileros formada por un osado español y una enigmática estadounidense que les cuentan la leyenda de que el transiberiano es utilizado por las mafias de la droga para mover mercancía.

Este viaje de aventuras, en el que todos los actores tienen una actuación memorable, incluido Noriega, se va a convertir en un viaje hacia el infierno, en un viaje en el que la verdad y la mentira van a librar una batalla a muerte y a cuyo fin todos van a perder algo para siempre.

Una realización portentosa, en la que los planos cortos con cámara en mano y la luz tenue de los vagones se alterna con los paisajes abiertos de la tundra y la intensa luz de las llanuras nevadas, nos irá introduciendo de la mano de un guión excelente en una historia de conflictos personales, tráfico de drogas, mafias y corrupción policial, que nos irá provocando una inquietud y una claustrofobia progresivas y en la que la intensidad de la trama irá cogiendo velocidad a lo largo del metraje, como la máquina del transiberiano por las vías hacia su incierto destino.

FICHA TÉCNICA Dirección: Brad Anderson. Guión: Brad Anderson y Will Conroy. Producción: Julio Fernández. Fotografía: Xavi Giménez. Montaje: Jaume Martí. Música: Alfonso de Vilallonga. Diseño de producción: Alain Bainée. Vestuario: Thomas Oláh. FICHA ARTÍSTICA Woody Harrelson (Roy), Emily Mortimer (Jessie), Kate Mara (Abby), Eduardo Noriega (Carlos), Thomas Kretschmann (Myassa), Ben Kingsley (Grinko) et alii.

jueves, 23 de octubre de 2008

El nido vacío

Después de tanto tiempo

El director argentino Daniel Burman, que nos sorprendió a todos gratamente hace unos años con El abrazo partido, nos presenta ahora una historia de relaciones familiares en la que un matrimonio cincuentón se replantea su relación al quedarse solo por la marcha de los hijos.

En Argentina ha sido un éxito rotundo, y es comprensible, porque esta coproducción hispano-argentina tiene mucho sabor austral, demasiado quizá. Sin embargo, Burman no ha estado a la altura de anteriores trabajos como el antes mencionado, Todas las azafatas van al cielo o Derecho de familia, y sigue obsesionado en explicarnos a todos su procedencia judía. Quizá debería hacer un psicoanálisis.

Sobresale la actuación de Óscar Martínez en el papel del marido, que incluso eclipsa a la gran Cecilia Roth, no en vano fue premiado en San Sebastián con la Concha de Plata, junto con la Fotografía de Hugo Colace, responsable de la luz en recordadas películas como La ciénaga, Historias mínimas o Bombón, el perro.

Un elemento original es la utilización del recuerdo, la ensoñación y la “metaficción” para contarnos esta historia de recapitulación y deseo, bien construida, bien interpretada y bien narrada, que nos hace pasar el rato y pensar un poco, pero nada más.

Nos quedamos con la interpretación, el planteamiento narrativo, la realización y los planos del mar muerto. Ah, y con un par de canciones de Jorge Drexler.

FICHA TÉCNICA
Guión y dirección: Daniel Burman. Producción: Diego Dubcovsky y Jose María Morales. Fotografía: Hugo Colace. Montaje: Alejandro Brodersohn. Dirección de arte: Aili Chen. Música: Santiago Río Hinckelman. Vestuario: Roberta Pesci. Sonido: Juan Ferro.
FICHA ARTÍSTICA
Oscar Martínez (Leonardo), Cecilia Roth (Martha), Arturo Goetz (Dr. Sprivak), Inés Efron (Julia), Eugenia Capizzano (Violeta), Jean Pierr Noher (Fernando) et alii.

jueves, 16 de octubre de 2008

Diatribas sobre el cine español

(Presidenta de la Academia de Cine versus director de TVE)

A propósito de unas declaraciones de la presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, Ángeles González Sinde, sobre la debilidad del cine hecho en español frente al anglosajón y el relativo abandono del primero por parte de la televisión en general y de TVE en particular, a las que ha contestado con inusitada vehemencia el director de TVE, Javier Pons, no me resisto a dejar una somera opinión al respecto.

Creo que la presidenta tiene razón en lo del abandono de la cultura propia, entiéndase española y por afinidad iberoamericana, en aras de la anglosajona por un cine en el que EEUU tiene la sartén de la distribución por el mango. Sólo hay que echar una mirada a las carteleras y a las cifras de taquilla en entradas y dinero para saber que las películas de cultura propia no interesan a las audiencias.

Para eso se hizo la Directiva Europea sobre Televisión sin Fronteras y la consiguiente Ley del Cine, para que las televisiones dedicasen el 5% de su facturación a la producción cinematográfica europea, entre otras cosas, y se viera más cine europeo. Lo que pasa es que el cine iberoamericano se ha diluido en la nueva legislación en recomendaciones de coproducción y cosas de poca entidad, y muchas producciones televisas se hacen con criterios de mercado, no culturales, con lo que, comos se suele decir vulgarmente, estamos haciendo un pan con unas hostias.

La respuesta de Pons, no por intempestiva deja de ser pertinente, sobre todo porque nos sirve para conocer varios programas de cine que estaban escondidos en la parrillada de bazofia a la que nos tiene acostumbrados la televisión pública: “En lo que va de año, hemos programado 69 películas españolas en prime time, sobre un total de 255 películas españolas ofrecidas. Además, entre Versión Española, Es Tu Cine y El Cine de la 2, llevamos emitidas 56 películas españolas en prime time de La 2.

Y parece que tiene razón en sus cifras este directivo, ahora se proyecta más cine español, iberoamericano y europeo que nunca, aunque sea en la 2; y añade que TVE emite el 98% de las películas en español que se programan en horario de máxima audiencia en todas las cadenas de España, lo que supone emitir en ese horario las mismas películas que todas las televisiones autonómicas juntas”.

En cuanto a la producción explica que “de los 40 largometrajes de ficción en los que TVE participará en 2008, el 25% son coproducciones con Latinoamérica”.

Sólo dos peros al señor Pons, lástima que a pesar de este talante respecto al cine patrio, “Días de Cine”, del añorado Gasset, siga dando vueltas en esa misma parrilla de un lado al otro del huso horario, y que Carmen Sevilla nos siga aburriéndo los sábados por la tarde en un programa que se inventó Parada, quien por lo menos sabía algo de cine.

Ahí van los enlaces a sendos comentarios y que cada cual los interprete a su gusto.

Carta en Tribuna Abierta de El País de Ángeles González Sinde

Carta de respuesta en la web de TVE de Javier Pons

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Los girasoles ciegos

Almas en ratonera

Si adaptar con brillantez un texto literario al cine es una tarea difícil, hacerlo con uno bueno es casi imposible. Sólo unos pocos lo consiguen, y ni siquiera Rafael Azcona en su guión último ha sido capaz de ello con Los girasoles ciegos, el excelso libro de Alberto Méndez premiado de manera póstuma en 2005 con el Nacional de Narrativa y el de la Crítica.

Quizá haya sido mejor así, pues parece que los cuatro relatos que lo conforman hubiesen sido arrancados a pedazos de lo hondo del alma de su autor, no creados por su imaginación; que los desolados personajes y las funestas circunstancias que los acosan no hubiesen surgido de la mente sino de las tripas del escritor, y sólo a él y a nadie más pertenecen; que su concepción hubiese sido más que un ejercicio intelectual un trabajo de carnicero.

En esta condición de pertenencia profunda radican al mismo tiempo su grandeza narrativa y la dificultad de adaptación a un formato distinto por otras personas. Azcona y Cuerda, los guionistas, no han podido apropiarse de los personajes y sólo han desvelado una pequeña parte de la intensidad dramática que se intuye detrás de la desdicha de estos seres inmovilizados en trampas propias y ajenas. El riojano y el albaceteño, que ya colaboraron con mejores resultados en otras adaptaciones como El bosque animado (Wenceslao Fernández Flórez) y La lengua de las mariposas (Manuel Rivas) se han quedado en un “coitus interruptus”, en un placer progresivo que no llega a alcanzar el clímax.

La película cuenta la historia de una familia de republicanos en el Orense de los cuarenta. Periódicamente son visitados por la policía y los falangistas buscando señales del marido, escritor y poeta al que se da por desparecido pero que vive escondido en un hueco de la casa. La hija adolescente huye embarazada de ocho meses con su novio comunista a Portugal. El hijo menor ha de disimular en la escuela el mundo fantástico en el que viven. Y la mujer, pilar de esta frágil estructura, mantiene a la familia y da la cara ante la sociedad. Las cosas se complican cuando un seminarista, que durante la guerra fue ferviente alférez sublevado y que ha pospuesto la ordenación sacerdotal tras el consejo del rector, comienza a dar clases en el colegio del niño.

La iluminación de Burmann ha facilitado el rodaje realista y ha contribuido de manera determinante a la recreación con verosimilitud de la España de la época que ha realizado magistralmente Gallart. La mano de Cuerda en la dirección se nota en el excesivo academicismo de sus movimientos de cámara y en el recurso a músicas de apoyo para las secuencias emocionantes, entre las que destaca la interpretación final por una soprano de Pie Iesu sobre el retablo barroco que abre y cierra la película.

Uno de los basamentos del filme, además del relato original, son los actores, entre los que sobresale Maribel Verdú, cuya interpretación de mujer fuerte que ha de soportar el peso de la farsa y las indignas condiciones de su familia está a la altura de las de La buena estrella, El laberinto del fauno o Siete mesas de billar francés. Javier Cámara como el marido de ésta desarrolla otra de sus actuaciones contenidas y correctas, como en Hable con ella o en La vida secreta de las palabras, y José Ángel Egido (Los lunes al sol) otorga al rector matices enriquecedores. Quizá en algunos momentos haya estado por debajo de su personaje, muy complicado realmente, Raúl Arévalo (Azul oscuro casi negro y El camino de los ingleses), pues no logra transmitir todo el sufrimiento y las dudas de ese seminarista que se debate entre la vida y la fe.

Estos girasoles ciegos -metáfora de la oscuridad en la que viven estos seres atrapados: de espaldas al sol, a la luz, a la vida- han de asumir vidas impuestas y reinventarse sueños para superar proyectos truncados, viajes sin retorno y pérdidas definitivas. Sobre todo los vencidos, pero también bastantes vencedores, pues pocos estaban preparados para esta nueva realidad lúgubre y sombría de una España de sangre, cercado e incienso en la que la luz iba a tardar más de cuatro décadas en volver a alumbrar.

Los girasoles ciegos es una historia de búsqueda desesperada; de búsqueda de amor, de luz, de un resorte moral que abra la celda existencial que habitan los personajes para poder emprender el camino hacia algún lugar, hacia ningún lugar. Es la historia triste de la desesperanza. Un relato oscuro, denso y sucio como la niebla de la ciudad, como la España de los cuarenta, que quizá haya de ser leído para comprenderlo en toda su dimensión.

Ficha Técnica
Director: José Luis Cuerda
Guión: Rafael Azcona y José Luis Cuerda, basado en el relato homónimo de Alberto Méndez
Producción: Fernando Bovaira, José Luis Cuerda y Emiliano Otegui
Fotografía: Hans Burmann
Montaje: Nacho Ruiz Capillas
Dirección artística: Balter Gallart
Vestuario: Sonia Grande
Ficha artística: Maribel Verdú (Elena), Javier Cámara (Ricardo), Raúl Arévalo (Salvador), Roger Príncep (Lorenzo), Irene Escolar (Elenita), Martín Rivas (Lalo), José Ángel Egido (Rector).


martes, 17 de junio de 2008

Sydney Pollack, el tipo que siempre salía en las películas buenas

Se nos ha ido Sydney Pollack, un buen director en el primer tercio de su carrera, magnífico actor en el último e inteligente productor durante toda ella, cuya aparición en la pantalla de cine o en los créditos de un largometraje era garantía de calidad y de éxito. Desde este blog queremos sumarnos al recuerdo de la figura cinematográfica de ese tipo discreto que siempre salía en las películas buenas.

Pollack fue por vocación, ante todo, un actor solvente, un actor que lograba engrandecer a los personajes secundarios que encarnaba, especialmente a partir de los años noventa en películas dirigidas por otros. Son memorables sus interpretaciones en Maridos y Mujeres, bajo las órdenes del atribulado y cínico Woody Allen; en Eyes Wide Shut, el enigmático estertor de Kubrick del que se apropió Cruise; o en Michael Clayton, la brillante intriga del guionista de la saga Bourne y debutante en la dirección Tony Gilroy.

Como realizador una de sus virtudes principales era la facilidad para dirigir bien a los actores, característica compartida con muchos directores que provienen del mundo de la interpretación pero que en él se completaba con una especialización que le hacía sobresaliente entre sus colegas: la capacidad de extraer lo mejor de las actrices para trazar hondos perfiles femeninos.

Natalie Wood en Propiedad condenada, Barbara Streisand en Tal cómo éramos, Jane Fonda en Danzad, danzad malditos, o Meryl Streep en Memorias de África, o Nicole Kidman en La intérprete no habrían construido tan grandes personajes sin el talento de Pollack. Incluso la entrañable Tootsi no habría brillado tanto como lo hizo gracias a la genialidad de Dustin Hoffman si no hubiese estado él tras la cámara.

Desde los años setenta hasta el final trabajó con grandes estrellas del momento en películas de éxito desigual, como Paul Newman en Ausencia de Malicia, Robert Mitchum en Yakuza, Burt Lancaster en Camino de la venganza, La fortaleza y El nadador, Tom Cruise en La tapadera, Harrison Ford en Sabrina y Caprichos del destino, Sean Penn en La intérprete o con Al Pacino en Un instante, una vida.

Pero sobre todo lo hizo con su amigo Robert Redford, quien protagonizó durante la carrera coincidente de ambos muchas de sus mejores películas. Aparte de todas las citadas en la referencia a las actrices fue también el actor principal de Las aventuras de Jeremías Jonhson y de Los tres días del Condor, entre otras cintas inolvidables.

Pollack cultivó todos los géneros: drama, comedia, melodrama, western, intriga, hasta el cine documental en Apuntes de Frank Gehry, que produjo con Minghella –a quien también financió Cold Mountain y El paciente inglés-, pero nunca hizo una película de terror. Quizá porque era un hombre que amaba a la vida y no le tenía miedo a la muerte.

Su despedida de las pantallas ha sido con La boda de mi novia, que se acaba de estrenar en España. Seguro que su actuación estará a la altura de las anteriores.

Cada cierto tiempo se van para siempre las gentes del cine, a veces, sin darnos cuenta. Ahora ha sido Sydney Pollack, ese tipo de pelo rizado, mirada inquieta y gafas metálicas que siempre salía, que siempre sale, en buenas películas. Hasta siempre.


miércoles, 28 de mayo de 2008

Fuera de lugar


Por motivos técnicos y organizativos no he podido colgar entradas desde hace un tiempo. Disculpas.
El mismo día que subí el último post escribí una crítica televisiva clarividente que auguraba poca vida a Fuera de lugar, una comedia de TVE 1. Se mantuvo sólo un capítulo más, con una cuota de pantalla del 10,4% y 1.832.000 espectadores . Me tomo la libertad de incluirla tal y como quedó redactada tras su estreno, a pesar de que hace más de veinte días.

Su lugar en la parrilla

Algunos ejecutivos de televisión son peores enemigos para la ficción española que las series estadounidenses. Carlos Fernández, director de programas de TVE, sigue insistiendo en “asesinar” producciones nacionales interesantes al estrenarlas los lunes, el mismo día que se emite en Tele 5 un éxito completo como CSI y en Antena 3 una serie consolidada como La familia mata.

Ya “eliminaron” hace unas semanas de esta misma forma Plan América (vid post día 15 de abril), una serie original que prometía bastante pero que sólo resistió dos capítulos. Ahora lo van a hacer con Fuera de lugar, una comedia de Cuarzo, la misma productora de Herederos (Concha Velasco), que tiene elementos suficientes para afianzarse en la programación si no tuviese tan dura competencia.

La ficción es una lucha desigual, pero la ficción de comedia es una lucha a muerte, ya que los enemigos vienen tanto de fuera como de dentro y el público, bastante saturado, generalmente se muestra reacio a aceptar nuevas propuestas.

Fuera de lugar ha tenido un arranque bastante sugerente desde el punto de vista dramático, pero muy preocupante desde el de la cuota de pantalla: el share (porcentaje de televidentes activos que sintonizan un programa en un momento determinado) ha sido del 12%, una cifra demasiado baja para augurarle futuro.

Al terminar el primer capítulo es cuando una serie queda planteada en casi todos sus componentes de futuro: en sus localizaciones, en sus tramas y subtramas -las evidentes y las posibles- y en la definición de sus personajes principales y secundarios. Esta misión de presentación la cumplió con creces Fuera de lugar en su arranque a pesar de la poca curiosidad que despertó en el público.

Ello indica que hay un equipo muy solvente detrás de esta producción. Empezando por el creador, José Luis Acosta, que tiene en su currículum series con gran audiencia como Ana y los siete o Los ladrones van a la oficina, y que en esta parece que además va a tener calidad dramática.

Siguiendo por los guionistas, que al contrario que en otras series, no abusan de los chistes de diálogo e introducen el humor mediante las propias situaciones, y que han configurado unos escenarios con bastantes posibilidades (corrala, casa familiar, despacho, comisaría…). O el director, que parece haber encontrado el tono justo en una serie de humor con un trasfondo dramático.

Y terminando por los actores, desde el protagonista José Luis García Pérez, brillante en este primer capítulo, o Lola Herrera, siempre correcta, hasta la bella Angie Cepeda o la madura Amparo Valle y el simpático Juanma Lara. Sólo parece que desentona un poco Natalia Dicenta, que sobreactúa demasiado: definitivamente es una mujer de teatro.

Fuera de lugar nos cuenta la vida de un abogado de éxito al que en un mismo día le despiden, su mujer le echa de casa y un antiguo cliente pretende matarlo. No tiene más remedio que irse a vivir a su piso de estudiante en un barrio humilde. Un lugar al que ya no pertenece. O sí.

En resumen, una comedia familiar –no faltan niños y adolescentes- que tiene buenos ingredientes y apunta buenas maneras, a la que sólo le falta encontrar su hueco en la parrilla. Desde luego no los lunes, que sería darle la puntilla. Vamos a ver si David Martínez, director de ficción de TVE, no confirma la semana que viene su defunción, como le pasó a Plan América, y en vez de mantenerla para que luche con La familia mata deciden pasarla al martes, un día muy flojo para la ficción. Al tanto.


COMO CURIOSIDAD BRINDO LOS DATOS DE AUDIENCIA DEL PRIME TIME DEL LUNES 5 NOCHE

CSI (DOS CAPÍTULOS) 26.4% y 5.042.000 30.8% y 4.652.000, respectivamente. T5
La familia mata: 16,4% y 2.854.000 A3
Fuera de lugar 12% y 2.243.000 TVE1
“Fama School”: 8% y 1.186.000 CUATRO
Cine: “Salto al peligro”: 5.8% y 1.020.000 LA SEXTA
El cine de La 2: “Sólo un beso”: 4.8% y 856.000 LA 2

lunes, 5 de mayo de 2008

Las alas de la vida

Sobre mi muerte, con cariño

Hace unas semanas Versión Española tenía el acierto de emitir el documental Las alas de la vida, un impresionante testimonio de los últimos meses de un hombre entrañable y vitalista condenado a una muerte próxima e inevitable por una enfermedad degenerativa. Se rodó hace dos años. La semana pasada murió su protagonista, Carlos Cristos.

Quizá la vida de este hombre no ha sido una vida corriente: su pasión por todo lo que hacía, su familia maravillosa, su trabajo interesante, su agnosticismo sereno, sus amigos numerosos… son sólidas bases sobre las que descansar en paz con la conciencia muy serena, y lamentablemente no todos los enfermos terminales se encuentran en la misma tesitura ni amparados por esa intensa y extensa red social.

Aparte de esta objeción casi metafísica y de concepto, el documental destila sobriedad, sosiego y verdad, cualidades muy difíciles de encontrar en una película sobre la enfermedad y la muerte, en las que lo más fácil es tirar por la calle de en medio con música sensible, situaciones lacrimógenas y dulcificaciones más o menos intencionadas de la verdadera condición de los personajes.

En esta cinta varias fuerzas complementarias han convergido para ofrecernos un relato sereno y fidedigno de amor a la vida y una lección de dignidad ante la muerte, que no es más que la otra cara de la vida.

Una es el protagonista, Carlos Cristos, un hombre “cinematogénico”, capaz de llenar de emoción la pantalla con una sonrisa o una mirada y de transmitir a todos su pasión por el mundo. Otra son los guionistas, un grupo heterogéneo de escritores que han sabido seleccionar aquellas situaciones que mejor podrían facilitar el conocimiento completo de este hombre heroico y enfermo.

Y la tercera es la sabiduría del realizador y director para alternar con acierto la grabación templada de determinadas situaciones con la evitación de otras y dejar que la cámara pierda su presencia ante la total confianza del protagonista y su entorno.

Puede resultar difícil de entender, pero esta película sobre la enfermedad mortal provoca una catarsis en los espectadores o televidentes, quienes al salir del cine o apagar el mando entienden la muerte como algo normal en un proceso de enfermedad y tienen más ganas de sonreír, de amar y de vivir.

Las alas de la vida es el otro polo de Mar adentro respecto a los cuidados paliativos de un enfermo terminal, sin el artificio ni la trampa de aquella y con un protagonista aferrado a la vida como a un clavo ardiendo. Entre otros muchos premios ha ganado el del mejor documental en la pasada edición de la Seminci de Valladolid.

Parece ser que el Ministerio de Sanidad ha adquirido los derechos de la película para divulgarla entre los profesionales de la medicina y el público en general. Un acierto de Bernat Soria, quien aparece brevemente en la cinta conversando con Carlos Cristos, médico generalista, padre, esposo, hijo, amigo, periodista, músico, deportista, inventor…

Si mis convicciones religiosas no hubiesen huido hace tanto tiempo espantadas por Wojtyla y Rouco, diría que Carlos Cristos es la verdadera encarnación de Cristo en la tierra y que el amor de este hombre al mundo era el amor que predicó Él.

Descanse en Paz y vean la película en su honor y por su bien.

Enlace a la página web de la productora con las próximas fechas de proyección

Enlace a la necrológica de El Mundo sobre la muerte de Carlos Cristos.


martes, 15 de abril de 2008

Plan América

¡Qué público más tonto tengo!

Dicho y hecho, dos episodios y a dormir en el cajón de los fracasos. Unos shares (porcentaje de personas que ven un programa respecto al total de los que están viendo la televisión en ese momento) de 11,3% y 8,6% en sus dos primeros capítulos han sido la puntilla de Plan América.

Contaba con un equipo muy solvente de actores, tramas generales que generaban expectativas y tramas episódicas entretenidas, tenía un ritmo ágil y la realización era muy profesional. Vamos, algo que no suele suceder muy a menudo en la parrilla española con productos patrios e incluso foráneos.

Lo que pasa es que estos ingredientes no son suficientes a determinadas horas. Hay mucha competencia y la gente no quiere demasiadas complicaciones emocionales o ideológicas cuando enciende la tele por la noche después de cenar. CSI, La Familia Mata o Tienes Talento son postres mucho más digestibles, aunque parezca mentira, para la gran mayoría, que es a quien los medidores de audiencia representan, lamentablemente para muchos.

Puede que tuviese pequeños defectos: algunos diálogos poco revisados, complicada planificación dramática en un entorno tan pequeño, incluso podría parecer poco realista en algún momento, pero en general era una serie bastante interesante, que prometía mucho y que tenía bastantes posibilidades de haberse asentado en la programación como una serie de éxito.

Había una canción de Parálisis Permanente -perdón, de sus "primos" Kaka de Luxe, en quién estaría yo pensando- que decía en una de sus estrofas: “…Pero, qué público más tonto tengo/pero, qué público más anormal…”. Pues eso, ¡qué pena de público!, ¡qué pena de TV!

Por cierto, Plan América contaba los avatares de un grupo de médicos y enfermeras voluntarios en un país sudamericano en conflicto, entre sus actores principales estaban Pepe Sancho y Fernando Cayo y se podía ver los lunes por la noche en La Primera.


P.S.:Para quien quiera saber algo más de esta difunta serie puede consultar este enlace a RTVE, hasta que lo retiren, claro.


jueves, 20 de marzo de 2008

La señora

Amor en los veinte

Hace ya dos jueves que se ha estrenado en TVE 1 La señora, una serie de ficción histórica que ha venido a sustituir en la parrilla a la ya clásica Cuéntame…

Nos muestra la España de los años veinte a través de la mirada de la hija de un burgués acaudalado, dueño de una mina en el norte del país, que se enamora de un joven de familia trabajadora que tiene que tomar los hábitos para ayudar económica y socialmente a su familia a pesar del amor con que corresponde al de su enamorada.

Está producida por Diagonal TVE, la misma productora que hace tres años puso en marcha en la cadena pública en horario de sobremesa un serial sobre la posguerra civil y el franquismo que aún sigue emitiéndose con éxito considerable: Amar en tiempos revueltos.

Además de la productora repiten en La Señora dos de los protagonistas principales de sus primeras tramas, que duraron un par de años: Rodolfo Sancho, como protagonista, y Ana Turpin, que tiene un papel secundario. La protagonista femenina de la nueva serie es una desconocida Adriana Ugarte.

Todos ellos son actores, digamos correctos. En el resto del equipo destacan Roberto Enríquez, protagonista de Quart (Antena 3) y de varias y brillantes producciones de cine independientes; Lucía Jiménez, ex Al salir de clase, como tantas otras; y Alberto Jiménez, cuajado en el teatro pero inexorablemente unido al papel del padre del amigo de El Bola, a quien, sin embargo y al parecer, han dado finiquito matando a su personaje en el segundo capítulo.

Correcta y elegante, con tramas interesantes y bien interpretada, quizá dirigida con algo de sensiblería por Luis María Güell, su única carencia son algunos diálogos, de poca intensidad dramática y giros y expresiones actuales. Pareciese que además de la productora y un par de actores también repitieran algunos de los guionistas que tenían en Amar en tiempos revueltos Rodolf Sirera y Josep Maria Benet i Jornet bajo sus órdenes, los cuales deberían hacer algún curso de reciclaje.

La Señora, la apuesta fuerte de TVE por la serie histórica en su búsqueda de un producto que la diferencie del resto de cadenas, es una producción nacional prometedora de la que no sabemos si resistirá la presión del “prime time” y la dura competencia de trabajos menores con audiencias menos exigentes. De momento ha aguantado dos “rounds” con la ayuda inestimable de la publicidad en los medios públicos.

Ojalá que se mantenga en pie sin besar la lona por el bien de nuestras neuronas y podamos disfrutar de esta historia de amor imposible en tiempos de cambio, cuando se perdían las penúltimas colonias africanas, se iban consolidando las carreras militares de los generales golpistas de la guerra civil, y el anarquismo, el socialismo y el comunismo se consolidaban como movimientos políticos y sociales con sentido de clase.

Entre Arriba y Abajo y El pájaro espino, salvando las distancias, claro.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Esperadas o acechantes: estrenos de abril y mayo

Un repaso “interesado” a los estrenos previstos para abril y mayo en el que se destacan los mejores y se pasa de puntillas por el resto para que cada cual planifique su agenda cinematográfica.

Entre todas las películas que van a llegar a la cartelera en los próximos dos meses sobresalen La edad de la ignorancia, del siempre interesante Denys Arcand (Las invasiones bárbaras, El declive del imperio americano…), la vida de un hombre gris que se consuela con su gran imaginación; Elegy, de Isabel Coixet (Cosas que nunca te dije, Mi vida sin mí, La vida secreta de las palabras…), una historia de sexo y amor entre una joven y un profesor, Penélope Cruz y Ben Kingsley; Honeydripper, del fabuloso e inquietante John Sayles (Lone star, Limbo, Silver City…), esta vez con un retrato de la Alabama de los cincuenta, cuando el rock desbancaba al blues; y por supuesto My blueberry nights, del esperado Won Kar Wai (Las cenizas del tiempo, Deseando amar, 2046…).

Cabe mencionar también el documental de Martin Scorsese sobre los Rollings Stones, Shine a light; la última de Claude Chabrol, Una chica cortada en dos, una historia de amor y muerte entre una joven y un exitoso hombre maduro, con reminiscencias de Forman y Fleischer; 12, la versión de Nikita Mijalkov de Doce hombres sin piedad, de Lumet; y un thiller de John Avnet protagonizado por Al Pacino que se estrena en España después de cuatro años, 88 minutos.

Independientemente

Entre las producciones independientes y minoritarias, casi siempre interesantes, destacan La ronda nocturna, del original Peter Greenaway, acerca de Rembrandt y la confección del cuadro homónimo; la comedia uruguayo-brasileña El baño del Papa, sobre el revuelo social y económico que produjo la visita del Papa hace unos años a un pueblecito de Uruguay; las israelíes La banda nos visita y O Jerusalem, sobre una banda de música que viaja a Egipto y la fundación del estado de Israel, respectivamente; y la estadounidense Lars y una chica de verdad, original historia, con permiso de Berlanga, sobre el amor de un joven y una muñeca hinchable.

Entre las infantiles tienen buena pinta la producción sueca de Zentropa (Von Trier) La isla de las almas perdidas y la alemana Rudy, el cerdito de carreras.

Palomitas de maíz

Para quien quiera superproducciones y palomitas puede elegir entre Mi novio es un ladrón, con Banderas y Meg Ryan; La niebla de Stephen King, el autor en el título, que vende más; La boda de mi novia, protagonizada por el neurocirujano de Anatomía de Grey; Iron Man, sobre el superhéroe de la Marvel; The contract, con Freeman y Cusack; Una noche para morir, una más de terror en el instituto; El último gran mago, Huidini, con Guy Pierce y Zeta-Jones; o Shattered, con el elástico “007 Brosnan”; entre otras fechorías.

España comienza en Málaga

El cine españolque no levanta cabeza salvo honrosas excepciones- viene marcado por el Festival de Málaga (4-12 de abril), donde se estrenan varias películas. Inaugura la sección oficial a concurso Todos estamos invitados, de Gutiérrez Aragón, enésima historia sobre el conflicto vasco, con Jaenada y Coronado. Le acompañan Cobardes, de Corbacho y Cruz, con una historia de acoso escolar; la comedia romántica del tándem Romano y Sorogoyen 8 Citas; el thiller Proyecto Dos, de Guillermo Groizard; y la comedia agridulce Gente de mala de calidad, de Juan Cavestany.

Al margen del festival se estrenan Casual Day, de Max Lemke, una comedia ácida sobre las relaciones entre compañeros de trabajo; la hispano-argentina Abrígate, de Ramón Costafreda, sobre una joven inmigrante argentina en Betanzos; y la hispano-mexicana Sultanes, de Alejandro Lozano, sobre un atraco a un banco.


martes, 11 de marzo de 2008

Fago

El crimen, el juez y la productora

La ficción a veces supera a la realidad. ¿O es al revés?

Resulta que hay un juicio pendiente a un vecino de un pueblo pequeño del pirineo aragonés por el asesinato de su alcalde en enero del año pasado.

Resulta que todo está bajo secreto de sumario.

Resulta que una productora de televisión y cine con mucho gusto por la ficción basada en hechos reales, El Mundo TV (El lobo, Gal, Padre Coraje…), ha hecho una serie sobre ese crimen sin juzgar titulada Fago.

Resulta que la familia del asesinado ha pedido al juez que instruye el sumario el secuestro de la serie para evitar condicionar el juicio.

Resulta que el abogado defensor es muy conocido, Marcos García Montes, y que la productora tiene un poderoso medio de comunicación que la respalda.

Resulta que el director de la productora, Melchor Miralles, ha declarado que "sin pretender influenciar (sic) al juez hay que solicitar una fianza a quien las pida (medidas cautelares), en previsión de los cuantiosos daños que pueda provocar a la productora y a la cadena".

Resulta que el juez instructor, Ángel de Pedro Tomás, tras ver la serie ha decidido que puede estrenarse porque considera que prevalece el derecho a la libertad de expresión y de creación.

Resulta que aduce que el contenido del sumario ya se ha filtrado a la prensa y publicado, que lo importante es que no se ha obtenido por medios ilícitos, que los propios abogados de las partes (acusado y acusación particular) han hecho declaraciones interesadas, y que no cree que la serie vaya a condicionar al juzgador, juez o jurado.

Resulta que ante esta sentencia caber recurso en la Audiencia Provincial de Huesca.

Resulta que ayer se estrenó en TVE el primer capítulo de los tres que tiene la serie con una semana de retraso por los avatares judiciales.

Resulta que Fago, con el gancho mediático de Jordi Rebellón (Hospital Central), es un producto menor, como hecho deprisa, de poca intensidad dramática, escasa calidad interpretativa y ausente dirección, que sólo tiene el morbo de saber que detrás de los personajes hay personas: entre ellas, un muerto, una viuda y un posible asesino en espera de juicio.

Resulta que a veces la realidad supera a la ficción. ¿O es al revés?

jueves, 21 de febrero de 2008

No es país para viejos

Los principios de cada cual

Sinopsis

Ficha técnica y artística

No han defraudado los Coen y se han cumplido las expectativas que había generado esta película entre los cinéfilos y también entre los amantes del papel cuché y las noticias del corazón, que hasta quienes sólo iban al cine a pasar el rato y no habían oído hablar de estos hermanos en su vida –incluyo a algunos críticos de tres al cuarto que abundan por el panorama periodístico, generalmente electrónico o gratuito, de este país- estaban ansiosos de que llegase la película a las carteleras patrias.

Imagino que a éstos últimos, saber o descubrir que los Coen son los tipos que crearon grandes películas como Fargo, Sangre fácil, Muerte entre las flores, Barton Fink, El Gran Lebowsky o El hombre que nunca estuvo allí y algunas cintas menores, como Arizona Baby, El gran salto, O Brother, Crueldad intorelable o Ladykillers, se quedarán tan anchos. Pero estos hermanos, que suelen firmar al alimón la dirección y el guión de sus películas constituyen uno de los pocos oasis que quedan en el cine norteamericano “independiente” de gran distribución.

Sin embargo, la profunda maestría cinematográfica de No es país para viejos ha quedado eclipsada en España por la interpretación de Javier Bardem, gran actor, ciertamente, pero que en esta película, en mi humilde opinión, quizá a contracorriente, pues ha sido premiado en varios importantes festivales y es candidato a los Óscar, basa su trabajo en poner cara de malo y no mover un músculo.

Creo que el mérito principal de su actuación lo hacen la madre naturaleza por haberle dotado de ese rostro primitivo, la peluca de pederasta de patio de parvulario que luce su personaje y sobre todo la cámara de los Coen, que sabe buscar el plano ajustado y el enfoque preciso para mostrarnos el alma sin pliegues de ese asesino metódico, implacable y vengativo que es el traficante Anthony Chigurh.

Y desde luego en nada desmerecen las de Tommy Lee Jones o Josh Brolin, el Sheriff y el buscavidas lugareño, el primero mostrando un hombre desencantado por el sino de los tiempos y la Arcadia perdida, y el segundo exhibiendo a un hombre abatido por la guerra pasada en una existencia mediocre que ve la oportunidad de su vida en ese encuentro fortuito en su territorio de caza. Ello hace pensar que los Coen, además de crear buenas historias y narrarlas con verdadera maestría cinematográfica, saben dirigir actores.

Esta película en realidad la historia de una fatalidad y, como en las tragedias griegas, el destino está escrito de antemano por mucho que se luche contra él. En este caso todos los personajes tienen sólidas motivaciones para emprender su peripecia, igual de legítimas, aunque algunas no sean legales. Chigurh tiene un código propio para defender sus intereses y decidir sobre la vida de alguien, que a veces confía a la suerte de una moneda, pero lo tiene y lo mantiene por encima de todo y después de todo. Moss, el excombatiente, también: sabe que no está mal robar a un ladrón, aunque él se convierta en fugitivo, y su desgracia comienza con un buen gesto. El sheriff ha de cumplir con su deber y detener a ambos en un tiempo que ya no le pertenece.

No es país para viejos es una película seca, como el restallar de un látigo y el vasto desierto tejano donde en tiempos de cambio estos llaneros solitarios se baten en un duelo de valores por un maletín lleno de dólares, cada uno con los suyos y cada uno con sus trampas correspondientes. Una película de frontera, de peligro, de drogas, y muerte, un “western” al atardecer, un duelo al sol, bajo la peculiar y profunda mirada de los hermanos Coen.

Pascual Serrano


Sinopsis

Un ex combatiente de Vietnam, integrado en su comunidad y con una joven esposa, descubre en el desierto en el que caza en sus ratos de ocio varios cadáveres recientes, un hombre malherido y un maletín lleno de dinero en lo que parece una transacción mal cerrada entre bandas de traficantes. Se queda con el dinero, pero al regresar de noche para darle agua al superviviente es descubierto por el resto de malhechores. Se inicia entonces una cacería de otra índole a tres bandas que durará toda la película: el artífice del engaño y asesino despiadado persiguiendo su botín, el otro clan de traficantes buscando lo mismo y el sheriff tratando de encontrar al asesino y al excombatiente antes de que uno acabe con el otro.

Ficha técnica y artística

Dirección: Ethan Coen y Joel Coen. Guión: Joel Coen y Ethan Coen; basado en la novela homónima de Cormac McCarthy. Producción: Joel Coen, Ethan Coen y Scott Rudin. Música: Carter Burwell. Fotografía: Roger Deakins. Montaje: Roderick Jaynes. Diseño de producción: Jess Gonchor. Vestuario: Mary Zophres. Interpretación: Tommy Lee Jones (sheriff Bell), Javier Bardem (Anton Chigurh), Josh Brolin (Llewelyn Moss), Woody Harrelson (Carson Wells), Garrett Dillahunt (agente Wendell), Kelly Macdonald (Carla Jean Moss), Tess Harper (Loretta Bell) et alii. Duración: 122 min.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Declaración de principios

Año cero, día cero, hora cero

Nace este blog con vocación de continuidad y de convertirse en lugar de reflexión de los amantes del cine de calidad y de los resignados "teledolientes".
Se ofrecerá una crítica de cine condensada, si es posible con periodicidad semanal, y teniendo en cuenta que la selección es la clave y el punto donde radica el eje que mueve la cultura: daremos voz a los menos conocidos y desenmascararemos a los tramposos.
En cuanto a la TV, siempre que la actualidad lo requiera, se incluirá algún comentario de aquellos programas que tengan relevancia por la novedad, el interés cultural o incluso la audiencia.