Sin embargo, esta película es un estupendo thiller, lleno de ritmo narrativo, con un tono ágil y bien definido, brillantemente interpretado y estupendamente dirigido por Brad Anderson, al que recordamos por la inquietante El maquinista, protagonizada por el no menos inquietante Christian Bale, el hombre murciélago.
Una joven pareja estadounidense, en la que él es un ferviente religioso y ella esconde un tormentoso pasado, hacen un viaje en el transiberiano desde Pekín, donde han trabajado de voluntarios, hasta Moscú. En él conocen a una pareja de mochileros formada por un osado español y una enigmática estadounidense que les cuentan la leyenda de que el transiberiano es utilizado por las mafias de la droga para mover mercancía.
Este viaje de aventuras, en el que todos los actores tienen una actuación memorable, incluido Noriega, se va a convertir en un viaje hacia el infierno, en un viaje en el que la verdad y la mentira van a librar una batalla a muerte y a cuyo fin todos van a perder algo para siempre.
Una realización portentosa, en la que los planos cortos con cámara en mano y la luz tenue de los vagones se alterna con los paisajes abiertos de la tundra y la intensa luz de las llanuras nevadas, nos irá introduciendo de la mano de un guión excelente en una historia de conflictos personales, tráfico de drogas, mafias y corrupción policial, que nos irá provocando una inquietud y una claustrofobia progresivas y en la que la intensidad de la trama irá cogiendo velocidad a lo largo del metraje, como la máquina del transiberiano por las vías hacia su incierto destino.
FICHA TÉCNICA Dirección: Brad Anderson. Guión: Brad Anderson y Will Conroy. Producción: Julio Fernández. Fotografía: Xavi Giménez. Montaje: Jaume Martí. Música: Alfonso de Vilallonga. Diseño de producción: Alain Bainée. Vestuario: Thomas Oláh. FICHA ARTÍSTICA
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