domingo, 17 de mayo de 2009

Génova

Vacaciones en Italia

A veces uno tiene la sensación de que todas las películas tratan sobre los mismos cinco temas: el amor, la muerte, el dolor, el perdón y la culpa. La última cinta de Michael Winterbottom, el inglés que tocaba todos los palos, lo confirma.

Para tratar de superar la muerte de su mujer en accidente de tráfico, un padre se traslada con sus dos hijas a Génova, donde tiene una amiga en la universidad que le consigue trabajo. Mientras éstas esperan a que comience el colegio asisten a clases particulares de piano para seguir con las que recibían de su propia madre, que era profesora. La pequeña sigue aferrada al recuerdo, la mayor lo quiere enterrar con diversión y el padre no sabe qué hacer con el amor que llama a su puerta.

El polifacético director de Código 46, Tristram Shandy, Wonderland, 24 hours party people, etc. se ha puesto ahora triste y trascendental en una historia de muerte y superación con la que pasa de puntillas por todo lo importante que debería tener un drama como éste y con la que, sin embargo, consiguió el año pasado la Concha de Plata en San Sebastián al mejor director: algo insólito que hace pensar que las demás películas a concurso eran para hacer una hoguera en San Antón donde quemar de paso a los miembros del jurado.

Eso sí, la dirección, yo diría mejor la realización, como en la también premiada allí hace cinco años Nueve canciones y en casi todas sus películas, muy profesional, pero en este caso nada más. Da la sensación de que Winterbottom y todo su equipo querían pasarse unas vacaciones en el mar a costa de los productores, y lo han conseguido. Lo malo es que sólo han logrado eso. Eso y enseñarnos un poco las callejuelas de la ciudad italiana de Colón.

viernes, 15 de mayo de 2009

25 kilates

La bolsa y la vida

Estamos de suerte los espectadores del cine español, y desde luego no porque hayan nombrado ministra de Cultura a la coguionista de La buena estrella, sino porque todavía hay talentos patrios que logran poner en marcha un proyecto interesante para tapar la boca a quienes creen que la crisis de nuestro cine es internet y la falta de ingenio, piénsese en algunas declaraciones de González-Sinde y Marsé.

Patxi Amezcua, guionista navarro autor de El viaje de Arián, ha sabido ilusionar en su debut como director a productoras y televisiones catalanas y españolas con un guión excelente de tramas interesantes, personajes complejos y diálogos brillantes y ha rodado con un millón de euros una magnífica película de cine negro que, gracias a una cuidada realización, una música apropiada y unos actores excelentes -a pesar de la “caída” de Carmelo Gómez, o gracias a ello- la convierten en el descubrimiento de la temporada.

Retrata los bajos fondos de una gran ciudad contemporánea española, donde conviven peristas, ladrones de chalés, policías corruptos, extorsionadores y otras gentes que caminan por el lado oscuro de la vida sabiendo que la suerte y las oportunidades son para cogerlas al vuelo; aunque en esta ocasión haya demasiados pretendientes para una sola princesa.

A pesar de una excesiva e inesperada concentración de violencia al final del filme, para la que el guión no había preparado suficientemente a los espectadores, podemos afirmar con orgullo que 25 Kilates está a la altura de otras grandes películas españolas del género, algunas muy desconocidas, como La distancia, y otras menos, como La noche de los girasoles o La caja 507. Sólo falta que la distribución funcione y que los espectadores corran la voz. Suerte.

viernes, 8 de mayo de 2009

La noche de los girasoles

La pereza se nos empezaba a comer por el talón. Ponemos remedio a medias con este breve comentario que hice para la difunta revista La Clave en 2006 de una interesante película que emiten esta noche en La 2, La noche de los girasoles.

El peso de la culpa

Hace tiempo que no teníamos ocasión de ver en la agonizante cartelera agosteña una película que nos reconciliara con el cine español, demasiada basura recalentada. Ha tenido que ser un director novel, aunque experimentado en el cortometraje, Jorge Sánchez Cabezudo, quien nos sorprenda con un excelente “thriller” ambientado en la España profunda que enfrenta a personas normales con situaciones extremas en una brillante y desoladora trama de intriga, convertida en protagonista y conformada por la suma de las historias individuales de los personajes. En un pueblo en el que han descubierto una sima coinciden un viajante de comercio y unos espeleólogos que han acudido para verificar su importancia, la casualidad hace que los envuelva una tormenta de violencia que acaba con el encubrimiento ominoso de unos hechos terribles. Tras la calma, la vergüenza de saberse pérfido, débil y ambicioso, el remordimiento perenne del engaño y la culpa egoísta de haber ganado una partida que nunca debía haberse jugado. Inigualable interpretación, fabulosa fotografía, excelente música y justa dosificación del suspense.